martes, 21 de marzo de 2023

Entropía y desorden - Por Julián Males

 Autonomía hermafrodita

Gráciles curvas de tu cuerpo

Tensado en delicados hilos de alabastrina

Propios de sensual y mutuo acuerdo.

Oh, por la dulce Atenea

De actitud dulce y serena

Ruegos huecos de significado

Falaz mentira del predicado.

El profeta observa atento la circunscripción

Aunando las energías de predicción

¡Apresurad los vinos excelsos y melosos!

Para el jolgorio sinuoso.

Uno, dos, cuento tu orgasmo

Tres, cuatro, palideces exängue

Siete, ocho, te enojas en medio del sarcasmo

Nueve, diez, aseveras ecuánime.

Pensamiento volátil y etéreo

Ruge ante el desorden perpetuo

Murmura con los castigos severos

En el rumor de los cuervos.

Arrastra hórrido el peso de la culpa

Periclitada fuerza ejercida

Merman los errores a la lupa

De visos fuerte y fenecida.

Plantas especias de la naturaleza

Exhiben exuberante la delicia de sus cuerpos

Con curvas puras en gentileza

Y juicio en verdad terco,

¿Por qué yacen muelle en mi despacho?

Con sus aromas sutiles e inodoros

Con sus flores risueñas a lo ancho

Y sentires frágiles e indoloros.

Ingente campaña raudal de los corceles

Que corren desbocados en el firmamento

Aplastando con sus pezuñas los arandeles

De una plaza vivida y en movimiento.

Una abundante alameda

Victoriosa llegada de los héroes

Con la cabeza cercenada

De los enemigos fueren.

Gloria de los señores portentosos

Con sus opulentas celebraciones en despojo,

Del pobre humano loco


Que desea con fervor que un milagro haya.




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